SOROLLA ES MI PRIMO, NO YO – Alejandro Hernando Vera


Autor: Plus+

Fecha publicación: 19/03/2023

Certamen: II Certamen

Resumen

Daniel Sorolla es el primo de Joaquín Sorolla. Con su querido primo Roberto conoce la existencia del mar Roberts y comienza un aventura.

Relato

SOROLLA ES MI PRIMO, NO YO

Alejandro Hernando Vera

INTRODUCCIÓN

Soy Sorolla, sí, soy Sorolla, pero no Joaquín Sorolla, el pintor, yo soy su primo, me llamo Daniel Sorolla y tengo 10 años.

Hace 4 años, 3 meses y 27 días, me pasó una cosa impresionante. Me sorprendió y alucinó tanto que lo escribí inmediatamente en mi 249lshd (es mi cuaderno), por eso lo quiero escribir también en este libro.

CAPITULO 1: UN DÍA NORMAL

Era un día normal, como todos, llegaron las 20:49h y mi familia, mis hermanas Clara y Rosa, mi hermano Pedro, mi padre Fernando, mi madre Laura y yo nos fuimos a cenar. Me acuerdo de lo que cenamos, cenamos puré de puerros y croquetas. Me encantó esa cena, fue lo especial de ese día. Después de eso nos fuimos a la cama a eso de las 21:13h. Mucha gente me dice que nos vamos muy pronto a la cama, pero yo creo que así dormimos más. Bueno, el caso es que yo tenía muchísimo sueño porque había estado todo el día haciendo deporte. Entonces me dormí al cabo de los 28 segundos (como habréis visto lo tengo todo controlado). A la mañana siguiente ocurrió.

CAPITULO 2: EL ENCUENTRO

Donde ocurrió era una especie de comedor, pero no era el de mi casa, era el de mis abuelos Eugenio y Maribel. Allí, estábamos toda la familia, mis 12 tíos, 24 primas y primos, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos, mis padres y mis hermanos. Pero faltaba alguien, y aunque lo sabía desde el principio, no quise preguntar. Era mi primo Roberto y desde pequeño me llevaba muy bien con él, entre otras cosas, porque cumplimos años el mismo día, el 25 de junio. Pero eso no es lo que importa. Lo que importa es por qué no pregunté. Pues bien, no pregunté porque sabía que Roberto había descubierto algo, y tenía razón. Al cabo de un rato supe lo que estaba haciendo y lo supe porque le encontré.

CAPITULO 3: EL SECRETO DE ROBERTO

El secreto de Roberto era muy fuerte, fuertísimo: era un armario. Sí, era un armario, pero no un armario normal, bueno eso era lo que parecía, pero no lo que era. En realidad, era una puerta que llevaba a un sitio muy raro, el mar Roberts, según me dijo Roberto, y allí se podían hacer muchas cosas. Lo principal en ese momento era que estaban deteniendo a alguien por estafa. La persona estaba vendiendo una puerta mágica como la que tenía Roberto, pero falsa, que según decía, te llevaba al mar Roberts. Pero, en realidad, era una puerta normal y corriente, como adivinó la policía marina.

CAPITULO 4: ROBERTO EN EL MAR ROBERTS

Roberto me contó lo que pasaba y cómo había llegado a conocer el mar Roberts. Roberto nunca habría encontrado el mar si no hubiera venido Tíng a visitarle un día. Ese día ocurrieron cosas muy raras como la detención por estafa. Roberto nunca había conocido la existencia de Tíng hasta ese día. Él le dijo que había venido porque las personas del mar Roberts creían que era una persona especial. Roberto le dijo: - ¿Yo? y Tíng le dijo: - Sí, tú. Entonces Tíng le dijo que era el máximo Robertt del mar Roberts, que era como un monarca o rey allí, y que él había nacido en el mar y por eso sabía muchas cosas de allí y quería contarle su historia.

CAPITULO 5: LA HISTORIA DE TÍNG

- Yo era un niño normal, como todos los niños en el mar Roberts, pero tenía una cosa que no todo el mundo tenía en el mar: una buena familia. Mi familia parecía normal, pero en el fondo no lo era. Eso era por una cosa que a mis amigos les parecía una tontería: el amor entre la familia. Gracias a ese amor un día que mi familia lo estaba necesitando, apareció un migrius. - dijo Tíng. - ¿Qué es un migrius, Tíng? - Un migrius es como un milagro en la tierra, pero más poderoso. Bueno, a lo que iba, que, gracias al amor entre mi familia, apareció un migrius. Y ese migrius hizo que yo me convirtiera en un Robertt del mar Roberts. Eso hizo que la familia fuese más respetada y la familia no necesitó más cosas que estaba necesitando. Esa es la historia de cómo me convertí en un Robertt, pero todavía te tengo que contar una cosa. - dijo Tíng. - Ahí va la historia; yo llevé muy en serio ser Robertt, porque había salvado a mi familia, entonces me empezó a gustar el trabajo. Hacía muchas cosas, estaba con la gente importante del mar Roberts... Y además me lo pasaba bien, pero que muy bien. Ya no me aburría, estaba contento porque a mi familia no le pasaba nada y además estaba continuamente haciendo dos cosas que me encantan: hablar y moverme. Me gustaba tanto que empecé a hacerme amigo del máximo Robertt (vuestro monarca o rey en la tierra), Patricio. Patricio se hizo mi mejor amigo y yo el suyo. Y llegó un momento que recuerdo muchas veces: pasábamos tanto tiempo juntos y nos queríamos tanto que firmó en el Roberyiang (un papel que tienes si eres máximo Robertt que dice quién va a ser tu sucesor) que yo, Tíng Amadeus, iba a ser su sucesor. Casi me caigo cuando escuché eso, ¡iba a ser máximo Robertt! Eso implicaba mucha responsabilidad y ser buena persona. Por mi amigo y por el pueblo, estudié a fondo qué había que hacer para ser un buen Robertt y conseguí que el pueblo me quisiese. Entonces una cosa llevó a la otra y... ¡al final estoy aquí contigo! - Bueno ya que te he contado mi historia espero que vengas al mar Roberts al final - dijo Tíng - ¡Pues claro que voy! - respondí.

CAPITULO 6: DANIEL Y ROBERTO EN EL MAR ROBETS

Después de que Roberto me contara eso del mar Roberts, estaba deseando ir. Roberto me dijo que había que prepararse un poco porque el mar no era igual que la tierra. Me dio una lista con las cosas que teníamos que llevar y preparó una mochila. Entonces me dijo que nos podíamos ir ya. Recuerdo esto como algo alucinante. Era el armario, pero tenía cosas como si viajaras en el tiempo, con el tiempo pasando súper rápido en unos relojes junto a ti. La verdad es que cuando llegué me quedé un poco aliviado, porque había sido un viaje muy intenso. Nada más llegar Roberto encontró a Tíng y fue a saludarle. Tíng me dio muy buena impresión, hablaba con respeto y hacía pausas para asentir con la cabeza. También nos dio unas bolitas, que ya habíamos tomado Roberto y yo, que según dijo Tíng eran “bolitas para respirar en el agua” y nos las dio para que en caso de que el tiempo de respiración de las otras bolitas se acabara, pudiéramos coger otras y no dejar de respirar. Después de eso, me hizo un tour (Roberto ya conocía el mar Roberts) y fuimos por todo el pueblo viendo cosas preciosas. Entonces ocurrió una cosa que me dejo muy sorprendido: encontré a una persona que conocía, pero no a una persona cualquiera, encontré a Sorolla, Joaquín Sorolla, mi primo. Ya casi no me acordaba del tiempo que había tardado en verle, que yo recuerde la última vez que le había visto había sido hace 7 años. Ya no me acordaba de él, pero cuando le vi me vino a la mente al instante.

CAPITULO 7: LA COMPLICACIÓN

De repente, cuando estaba recordando todos los buenos momentos que habíamos pasado juntos Joaquín y yo, ocurrió una cosa terrible. Fue todo muy rápido, de repente se apagó la luz y al momento se encendió de nuevo y encontramos una terrible desgracia: todo lo valioso de esa sala había desaparecido. Joaquín me dijo que estaba allí porque era el segundo máximo Robertt, con Tíng un escalón más arriba en el orden jerárquico. Eso me lo dijo porque, aunque teníamos que actuar rápido y encontrar al ladrón, quería que supiera que él conocía el pueblo tan bien como Tíng. Después de que Joaquín me contara eso, nos pusimos a buscar al ladrón rápidamente, porque, como decían mi primo y Tíng, en el mar Roberts los ladrones son muy rápidos. Por suerte nada más empezar a buscar, encontramos al ladrón. Era muy feo, pero Tíng dijo que seguramente había deformado su aspecto con una máquina que existía allí. Al final conseguimos saber su nombre, se llamaba Sfactulusutixs, pero no conseguimos saber dónde había escondido las cosas. La policía consiguió una pista de dónde estaban: - Lo he escondido en un sitio mucho más valioso que todo lo que me he llevado. Tíng dijo que lo más valioso que tenían allí era un diamante, pero yo no creía que lo hubiera escondido allí. Efectivamente, en el diamante no había nada. Pero yo sospechaba que lo más valioso allí era mucho más grande que el diamante. Y después vi que había acertado.

CAPITULO 8: UN RETO PARA INTELIGENTES

Yo pensaba desde que llegué a aquel sitio que era un lugar muy valioso, por eso, compartí mi pensamiento en ese momento, porque yo creía que aquella situación había que relajarla, y el caso es que solo estas palabras: “Yo creo que este mar es mucho más valioso que muchas cosas en la tierra”, sirvieron de mucho. Después de que yo lo dijera, se quedaron pensando en lo que acababa de decir, y tras un rato Roberto dijo: - Yo creo que esas palabras son la solución al problema. ¡Y era la solución! Tras pensarlo, Tíng y Joaquín dijeron al unísono: “La solución es el centro del planeta”. Entonces, fuimos al centro del mar Roberts. A mí, que no había estado nunca antes allí, me sorprendió que solo había una roca en el medio de todo, pero al final lo entendí. Estaba a punto de decirles a Tíng y a Joaquín que allí solo había una piedra, cuando tocaron los dos la piedra y una espacie de pasillo de diamante se abrió ante mis ojos. En ese pasillo, en una sala al fondo, vi como todas las cosas que había robado Sfactulusutixs estaban amontonadas. Tíng nos explicó que a esa cueva tenían acceso todos los Robernses (gente del mar Roberts) y por eso Sfactulusutixs había podido esconder todas las cosas que había robado allí. Después de eso, como Roberto y yo teníamos mucha curiosidad en ver la cueva, dimos un paseo por ella. Al final, cuando íbamos a irnos, Joaquín y Tíng hablaron a espaldas de Roberto y de mí y nos dieron una sorpresa: nos dieron la clave para poder entrar a la cueva. A Roberto y a mí nos encantó la sorpresa porque habían confiado en nosotros.
Ya fuera de la cueva, nos reunimos con todos lo Robernses y ellos, para agradecernos que habíamos encontrado las cosas y habíamos colaborado, nos dieron unos papeles que decían que éramos Robertts del planeta (básicamente lo que significa es que podíamos entrar y salir del planeta y tener acceso a todo lo que había).

CAPITULO 9: LA DESPEDIDA

Entonces, después de eso, llegó el momento para despedirse. Fue la despedida más triste de toda mi vida. Prometimos que íbamos a volver pronto y también Joaquín y yo prometimos que nos volveríamos a ver pronto en la tierra. Entonces Roberto y yo nos fuimos a la puerta y volvimos a casa.

EPILOGO

Al final Joaquín y yo nos vimos en la tierra, Roberto y yo volvimos al mar Roberts y todos nos veíamos muchas veces muy felices. Esa es mi historia, espero que también sea la vuestra.

Escrito en un 249lshd