
Resumen
Reflexiones íntimas de una incomprendida, harta de de la sociedad que le ha tocado en suerte.
Relato
OTRA VEZ AQUÍ
Mifielyago
Un escalofrío me recorre la espalda, me espabila y me obliga a abrir los ojos; de repente vuelvo en sí. Miro mis manos enrojecidas, hay sangre reseca en los nudillos. Trato de limpiarla, me froto y duele. Aguanto lo que puedo el dolor, me escupo y vuelvo a frotarme. Este maldito dolor me impide continuar, lo noto especialmente en el dedo pequeño de mi mano izquierda. ¡Duele de cojones!
Miro a mi alrededor y voy reconociendo el sitio. La silla color verde enmohecido, la mesa de madera tallada, que recuerda la época de Franco y la foto del cabrón abrazado a sus pequeños cabroncetes. ¡Dios, otra vez aquí! En el puto despacho del director. Esta pocilga con olor a pachuli en la que malgasto horas enteras aguantando las monsergas de ese cretino baboso y mal follado. Estúpido hipócrita, que me cita de memoria las normas del instituto, sin poder apartar los ojos de mis tetas.
Rápidamente hurgo en mi mochila con cierta desesperación entre folios arrugados, cuadernos y demás trastos. El móvil no está y empiezo a agobiarme. Me lo han vuelto a requisar, como siempre. Habrán llamado a mi madre, o peor aún, a mi padre. Seguro me cae otro parte, o quizá una expulsión directa. No logro recordar lo ocurrido, creo que ha sido en la clase de Educación Física, quizá me haya pasado esta vez. Últimamente me paso bastante, apenas logro controlarme.
Ha debido ser por Marta, de un tiempo a esta parte siempre es por Marta. Las de cuarto van a saco con ella por ser diferente, no la dejan en paz ni un momento; en los pasillos, en el patio y ahora también en Educación Física. Esas cosas me tocan mucho la moral, no puedo remediarlo, es que no lo aguanto. Juré romperle la puta cara a quien continuara llamándola maricona, bollera, o lindezas así. Hoy no sé qué ha podido pasar, no lo recuerdo bien. Esta mañana se me olvidó la puta pastilla ¡joder!