Resumen
Máximo, un moderno exponente del sale de su moderno chalet de un barrio residencial a realizar una caminata por el bosque lindero. A medida que va caminando las plantas van creciendo transformadas con elementos orgánicos de desechos, el camino se va haciendo cada vez más extraño hasta convertirse en apocaliptico.
Relato
ECO
Sobre la loma está la moderna casa, con grandes ventanales, rodeada de árboles y plantas en un amplio terreno. Tiene una entrada de auto en curva, que comienza y termina en la calle de un barrio residencial con casas del mismo estilo. Un auto deportivo está estacionado en la explanada. Al ingresar hay un ambiente muy amplio, con mucha luz que ingresa por las ventanas. Los muebles son modernos en colores claros y se destacan los objetos de diseño, una lámpara de pie, un cuadro de grandes dimensiones de una pintura abstracta. Apoyada en una de las paredes hay una pantalla de tv de setenta pulgadas, sobre un mueble un equipo de audio y sobre otro una computadora con dos pantallas. Máximo está vestido con ropa deportiva urbana de marca, parado al costado de una mesa abriendo un paquete del correo. Cuando rompe el envoltorio aparece una caja y dentro un par de zapatillas. Toma una y la observa con cara de satisfacción, se sienta y se la calza en un pie, luego repite la operación con la otra. Mira el calzado, se levanta y se acerca a un mueble donde toma un artefacto que se adhiere al brazo y en el que coloca su celular. Luego se pone un par de audífonos en sus orejas. Sale de la casa, marca un código en un tablero al lado de la puerta, apunta con una llave al auto que emite un sonido electrónico y parpadea sus luces, como si saludara, y comienza a trotar en dirección al bosque. Es un día soleado, a los costados del camino hay árboles, mucha vegetación y algunas flores. Al poco tiempo de caminar, el meandro de un riachuelo de agua cristalina casi toca el costado del camino. Una pata se desliza sobre la superficie con sus patitos, que la siguen en fila. Hay pájaros de diferentes colores, un colibrí parece acompañarlo durante un momento con su extraño derrotero, se mueve y se detiene, se mueve y se detiene. También vuelan mariposas, y un conejo curioso se sienta a mirar al caminante. El personaje aminora la marcha, deja de correr y comienza a caminar a paso ligero. De pronto ve la rama de un pino que parece hecha de metal, con las piñas de chapa. Sigue caminando extrañado. A su paso, a un costado, surge de la tierra una planta, el tronco, que crece rápidamente, es de hierro herrumbrado y retorcido, de las ramas que van emergiendo aparecen envases de plástico en vez de frutos. Sigue por el camino mirando hacia un lado y hacia el otro donde se forman estas extrañas plantas, cada vez con más frecuencia, creciendo de golpe, como si esperaran su llegada. Al principio, mezcladas con la vegetación natural, pero a medida que sigue avanzando los árboles aparecen secos, sin hojas, marchitos, solo quedan algunos cuyas ramas y hojas están hechas de desechos: plásticos, metales, latas, carcasas de celulares y otros elementos inorgánicos. Su cara se va transfigurando y de la extrañeza pasa al pánico. El riachuelo se ha convertido, ahora el agua es verde con manchas marrones y despide un vapor de colores fluorescentes que se eleva a las nubes teñidas de violeta, verde y rojo. El cielo se cerró con una capa de nebulosa gris y azul, con luces intermitentes, como si fueran relámpagos. Máximo comienza a correr nuevamente a través de un bosque de cosas extrañas que parecen zombis, con un aspecto amenazante. De a poco el camino empieza a despejarse, ya no hay vegetación, tan solo un campo árido, con polvo que levanta el viento. El cielo se abre, las nubes desaparecen y un sol extremadamente brillante produce un intenso resplandor. El sendero empieza a elevarse subiendo una colina. A los costados el terreno parece hecho de basura mezclada con la tierra, cada vez hay más objetos, pedazos de plásticos, juguetes rotos, piezas de computadoras, partes de autos, gomas y elementos no identificables. Cuando alcanza la cima, está sobre un gran montículo de basura. Comienza a girar, mirando en todas direcciones, solo ve montañas igual a la suya, como una cadena de basura en el desierto. Máximo, aterrado, cae de rodillas con lágrimas en sus ojos y mira al cielo, donde solo está el sol, inundando todo con un brillo cegador.
Seudónimo: Bono