Resumen
Esta es la historia de Celestria. De como un malvado brujo intenta romper la armonía del reino. Morgana, una joven y valiente guerra luchara para mantener la paz.
Relato
CELESTRIA
En otro tiempo, en otro lugar, existía un reino mágico llamado Celestria. Era un lugar de ensueño, lleno de criaturas fantásticas, árboles mágicos, ríos cristalinos y paisajes extraordinarios. La reina de Celestria, una sabia anciana, conocida como Isadora, gobernaba con sabiduría y justicia.
Sin embargo, había un mal en el reino. Un malvado mago llamado Zoltar estaba celoso del poder y la riqueza de Celestria. Amenazaba los territorios y quería apoderarse del poder mágico para su propio beneficio.
Zoltar había estado planeando su venganza durante años, y finalmente decidió actuar. Convocó a un ejército de monstruos y hechiceros para atacar. Comenzó por las tierras del este, la batallas eran intensas y sangrientas. Arrasaba con todo a su paso y no dejaba un pueblo sin quemar. Los valientes aldeanos de Celestria lucharon con determinación, pero fueron superados en número y poder. Parecía que todo estaba perdido.
Isadora sabía que debía hacer algo para detener a Zoltar antes de que fuera demasiado tarde. No estaba dispuesta a rendirse. Sabía que había una forma de vencer a Zoltar, pero requeriría un gran sacrificio. Así que, ella convocó a los mejores guerreros del reino y les dio una misión crucial: viajar al fin del mundo y recuperar un antiguo amuleto. Con él podrían destruir el báculo mágico de Zoltar, un objetivo místico que le daba el poder de controlar el mal.
Entre los guerreros seleccionados estaba una joven llamada Morgana. Era una audaz y enérgica guerrera, pero también era tímida y dudaba de sí misma. Sin embargo, Isadora vio algo especial en ella y sabía que sería esencial para completar la misión.
Morgana y los demás guerreros comenzaron su viaje a través del reino mágico, enfrentando peligros y desafíos en cada paso. En su camino, se enfrentaron contra un dragón furioso, ogros gigantes, elfos de sangre. Atravesaron desiertos un laberinto sin salida y un bosque embrujado. Sin embargo, Morgana seguía adelante, confiando en su coraje y su determinación.
Finalmente, llegaron al fin del mundo. Allí encontraron el amuleto, pero también descubrieron que Zoltar los había seguido. El día de la batalla había llegado. Los valientes guerreros se habían preparado durante meses, entrenando duro y sobrevivido a todas las pruebas para enfrentarse al malvado brujo y su ejército. Y Morgana estaba lista para liderarlos.
Dio comienzo una batalla épica. Los ejércitos se enfrentaron en un campo abierto. El cielo estaba cubierto de nubes negras y parecía un pozo oscuro sin fondo. Un viento frío helador soplaba sobre sus cuerpos tiritantes. Parecía como si el mismo clima estuviera anunciando la gravedad de la situación.
Un gran estallido de magia y flechas volando por todas partes rompió el sepulcral silencio. Los monstruos y hechiceros de Zoltar atacaban con fuerza, pero los guerreros de Celestria luchaban con valentía. Morgana lideraba la carga, el acero de su espada brillaba como si fuera un reflejo de un fuego mágico, mientras se adentraba a través de las filas enemigas. La batalla estaba siendo dura, pero la aventurera no se rendía. Sabía que tenía que llegar hasta Zoltar para vencerlo y devolver la paz al reino. Con gran esfuerzo, logró abrirse paso. Y se enfrentó al mago en un combate final.
Zoltar estaba rodeada de un escudo mágico, y parecía imparable. Pero la intrépida joven no se daba por vencida. Luchó con valentía, esquivando los rayos y hechizos de Zoltar mientras avanzaba hacia él. Pero mientras estuviera protegido por el escudo no podría hacer nada. Un destello de luz llamó la atención de su mirada. ¿de donde provenía? No podía ser un conjuro ya que venía de una dirección opuesta. Entonces se dio cuenta. Era el antiguo amuleto aquel que le permitirá vencer al maléfico mago.
Corrió con todas sus fuerzas hacia el brillante objeto y sin saber cómo funcionaba lo alzó hacia el cielo. Un rayo de luz atravesó las nubes. Cayó directamente sobre Zoltar destruyendo su escudo y su báculo de poder. Se produjo un estridente estallido de magia convierto el amuleto el un polvo dorado que cayó sobre la guerrera. Tras esto, Morgana logró vencer a Zoltar en un combate cuerpo a cuerpo. Con un grito de triunfo, clavó su espada en el corazón del brujo y lo derrotó. La batalla había terminado, y los guerreros habían vencido. El reino de Celestria fue salvado y la paz y la armonía regresaron al lugar.
Morgana regresó al castillo de Isadora como una héroe y una verdadera líder. La reina la recompensó con una gran cantidad de honores y le dio el título de "Protectora de Celestria". Morgana se convirtió en una mentora para los jóvenes guerreros del reino y se aseguró de que el mal nunca volviera a amenazar el reino mágico de Celestria.
Con el tiempo, Morgana se enamoró de un hermoso caballero llamado Liam, quien también había luchado en la batalla contra Zoltar. Juntos, se casaron y tuvieron un hijo llamado Mordred. Morgana decidió tomarse un tiempo para descansar y reflexionar sobre sus aventuras. Se retiró como protectora de Celestria y se dedicó a pasar tiempo con su familia. Morgana enseñó todo lo que sabía sobre la lucha y la protección del reino a Mordred, preparándolo para continuar su legado como protector del reino. Mordred se convirtió en un guerrero valiente y sabio.
A medida que pasaba el tiempo, Morgana se dio cuenta de que su trabajo como protector del reino no había terminado. Zoltar, a pesar de haber sido derrotado, tenía seguidores que todavía querían recuperar su poder y amenazaban la paz de Celestria. Junto con su esposa y su hijo, se embarcó en una nueva misión para asegurar la tranquilidad del reino y mantenerlo a salvo de las fuerzas malvadas.
Pero el destino les tenía preparado una gran prueba. Mientras inspeccionaba unas tierras devastadas tras el paso de un poder maléfico sufrieron una trampa. Mordred se rebeló contra su familia y los traicionó. Había apresado a sus padres pero ese no era su hijo un aura oscura se cernía sobre él. Mordred no se lo pensó y atrevo el pecho de su padre con una espada. Tal acto era un mensaje para Isadora. Liberó a su madre y le impuso comunicarle a la reina que el poder de Zoltar había regresado.
Morgana aún con el corazón destrozado acudió lo más raudo que pudo al castillo. Allí habló con Isadora y le contó con mucho estupor todo lo sucedido. Hacía mucho años que no veía a la reina y esta estaba muy cambiada. Su edad era muy avanzada y su estado de salud no era óptimo. Pero lo que más le llamaba la atención era la tristeza que emanaba. Isadora le contó lo que sucedía. Usar el amuleto mágico para vencer una magia maléfica tenía consecuencias. Los polvos mágicos que cayeron sobre la guerrera no eran el amuleto hecho añicos si no el poder oscuro que se escondió dentro de Morgana y heredó su hijo Mordred. Isadora conocía esta maldición desde antes de mandarla a la misión pero tomó ese riesgo ya que era la única forma de vencer a Zoltar. Y aunque el resultado trajo consigo la paz para el reino eso le quitó el sueño para siempre a la reina. Por eso estaba apenada y su estado de salud era tan malo ya que nunca dormía solo deambulaba en la noche por los fríos pasillos del castillo.
El desánimo se apoderó de Morgana como si hubiera caído por una fosa y no pudiera salir. Pero la guerra no tenía tiempo que perder. Tenía que salvar a su hijo y lo tendría que hacer rápido antes de que la oscuridad siguiera creciendo en él. Tras conseguirlo volvería para hablar con la reina. La reina insistió en que se tomara tiempo y formara un ejercicio como la última vez ya que sería la única forma de vencerle. Morgana ya no obedecía a Isadora y partido rauda al encuentro de su hijo. No quería vencerle sino salvarle.
Mordred esperaba la llegada de su madre mientras reunía el antiguo ejercicio de Zoltar. Cuando la guerrera apareció nada se enfrentó contra ella. Le abrieron un camino hasta su hijo. Había ordenado que nadie la atacara ya que quería luchar directamente contra ella.
Nadie va a embestir contra ti. Ese honor me lo guardo para mí. Cuando haya acabado contigo entonces utilizaré mi ejército para destruir Celestria. Tu eres lo único que me separa de mi destino y no pasará como la última vez. Le espeto Mordred.
Sin mediar aviso Mordred embistió con su espada. Morgana no respondía, solo se defendía y esquivaba sus golpes. Estaba estudiando la situación, sus movimientos y a su hijo. Pero aquel ser no era su hijo. La maldad era palpable en él y aquellos ojos. Esos no eran sus tiernos ojos, eran los de Zoltar. Morgana siguió analizando el escenario y llegó a la conclusión de que allí ya no quedaba nada de su hijo, había llegado tarde. Conocía las acciones, ella se las había enseñado así que no le costaba adelantarse a sus golpes.
Morgana se armó de valor y se enfrentó a su hijo sabiendo que era su destino. En un último acto de amor y dolor, lanzó una estocada, logró vencerlo pero a costa de su propia vida. Ahora si que no había duda el espíritu maligno de Zoltar estaba desapareciendo y con él todos los monstruos que en su día invocó. Tras la batalla, Morgana volvió al castillo, tenía una conversación pendiente con Isadora. Pero a su llegada le informaron que la Reina había muerto justo la misma noche que partió. Ya no tenía nada. Lo había perdido todo en unos pocos días, su marido, su hijo y su amiga. Solo le quedaba una cosa a la que aferrarse.
Morgana vivió toda su vida luchando por proteger Celestria y su gente. Su valentía y sacrificio inspiraron a muchos otros a seguir su ejemplo y luchar por lo que es correcto. Su historia se contó de generación en generación como un ejemplo de coraje, determinación y liderazgo. En otro tiempo, en otro lugar, Morgana se convirtió en una heroína de leyenda, recordada por todos en Celestria como la protectora que salvó el reino de un malvado mago y garantizó la paz y la armonía para las generaciones venideras.