UN MUNDO MEJOR


Autor: Mina

Fecha publicación: 17/03/2023

Certamen: II Certamen

Resumen

Este relato nació de mi afición por la naturaleza sobre todo en época otoñal, cuando organizamos salidas para recolectar setas. Estas salidas, además de ser un divertimento se han convertido en una labor por mejorar nuestro entorno recogiendo todo tipo de basura y desperdicios que desgraciadamente inundan nuestros bosques.

Relato

No podría describir mi propia definición de bosque sin llenar muchas páginas. Soy una apasionada de la naturaleza y de todos los placeres que puedes encontrar en ella. Después de vivir durante años en la ciudad y de realizar constantes escapadas al campo para hacer más llevadero el agobio de la urbe y del asfalto, he conseguido vivir en una zona rural sin ninguna comodidad pero cargada de energía, rodeada de árboles, jardines y muchos animales domésticos, situada a pocos kilómetros de los Pirineos, con sus majestuosos macizos y la frondosidad de sus bosques.
Somos un grupo de amigas que compartimos gustos y sobre todo aficiones. Lo que más nos gusta es “perdernos”, como lo llamamos nosotras, un día por semana en el bosque para recargarnos de energía. Pasamos largos ratos en silencio sentadas a la orilla de un riachuelo, con los pies descalzos refrescándolos en el agua y damos largos paseos entre los esplendorosos pinares, volviendo a casa llenas de positividad. Pero el mayor de los placeres nos lo proporciona la época de setas, cuando no permitimos que nada ni nadie se interponga en nuestro día de recolecta.
Nuestra alegría al llegar al bosque se convierte a la vez en enfado y tristeza al comprobar la cantidad de desperdicios que se pueden encontrar allí, obra de personas incívicas y sin ninguna consideración hacia la naturaleza y el entorno que nos rodea. Mientras recogemos algunas setas nos topamos con botellas de plástico, tetrabriks y latas oxidadas que en ocasiones confundimos con níscalos. A nosotras, que somos fieles cumplidoras del deber cívico de reciclar, se nos fractura la mente al pensar cómo se puede destrozar de esa manera la pureza del monte. Por eso cuando salimos a recolectar setas, nos hemos acostumbrado a llevar unos sacos plegados en el cesto para recoger también la basura y los despojos, y así poner, al menos nuestro granito de arena en mantener limpio y sano el bosque. El día se convierte en una carga emocional pero, a la vez, en una pequeña satisfacción de colaborar con el medio ambiente tan destrozado por la especie humana.
Durante años y como una obligación, en cada salida las bolsas forman parte de nuestro equipo. Tenemos pocas satisfacciones porque en cualquier rincón aparece algún elemento no perteneciente al bosque, aunque nuestra tenacidad hace que siempre salgamos cargadas de basura, que desgraciadamente supera en número a las deliciosas setas.
Con el tiempo hemos ido implicando a amigos y conocidos, organizando salidas en grupos con el fin de concienciar y contagiar nuestro afán por cuidar el bosque. Al final se ha convertido en una actividad de ocio para unos y para otros, en una diversión. Un día de primavera, y como resultado de nuestro poder de convocatoria, organizamos una exitosa salida en la que uno de nuestros amigos, para gastarnos una broma, se presentó con su todoterreno arrastrando un carro de grandes dimensiones y retándonos a llenarlo de basura y desperdicios. Naturalmente aceptamos el reto y nos desperdigamos por el bosque con los sacos quedando en volver a reunirnos a la hora de comer donde estaban los coches. Fue como un juego, un concurso basado en quién de nosotros conseguía traer más latas, botellas y otros objetos que colonizan el bosque, eso sí, separado y ordenado el material de desecho según las reglas del reciclaje. A la hora de cargarlo casi nos quedamos sin espacio, estupefactos no podíamos creer cómo se puede esparcir tanta basura inmunda.
Actualmente tenemos una gran motivación en las salidas frecuentes que organizamos, nuestro objetivo es pasarlo bien, disfrutar del día, crear vínculos de amistad y ante todo sentirnos útiles y orgullosos. Al cabo del tiempo, cuando regresamos a alguno de los lugares que hemos saneado apenas encontramos rastro de lo que allí habíamos llegado a recoger.
Y con esto me quedo y nos quedamos, una acción que se ha fusionado con nuestra pasión y que contribuye a hacer de nuestro mundo, un mundo mejor.