Circunstancias


Autor: Bobby

Fecha publicación: 12/01/2023

Certamen: II Certamen

Resumen

Es un cuento que trata de los diversos giros que la vida da en el personaje, desde la pubertad hasta la mediana edad, siendo por momentos buenos y malos, teniendo como cosa peculiar que al personaje no le importa el que dirán sobre las ropas y convencionalismos.

Relato

CIRCUNSTANCIAS
Cuando todavía era un púber, ya le encantaba estar todo el día en la calle, jugar con sus amigos del barrio, y para eso no le importaba con qué ropa salía.
Cierto día, su amigo le vio su buzo roto, descocido con un gran hueco que iba de rodilla a rodilla, pasando por la entrepierna, notando la trusa, la misma que usaba a veces para ir a la piscina. Entonces su amigo le dijo – Oye, ¿por qué tienes el buzo roto? ¿Por qué sales así a la calle? “ Si quieres te regalo un buzo que ya no me queda” .No te preocupes le dijo él, eso a mí no me importa, mis harapos son mis fieles compañeros.
Al cabo de unos años, se volvió a encontrar con su amigo. Grande fue la sorpresa del amigo al verlo a él ahora vestido con terno, camisa y corbata, todo pulcro y elegante, así mismo, había terminado su carrera profesional, y encima trabajaba para una gran firma.
El amigo, le confesó a él que estaba sin trabajo, y añadió “por lo que veo te esta yendo muy bien, ¿no podría ser yo tu asistente?, no sé, quizás déjame cargar tu maletín? él le respondió: No te preocupes, como dice el dicho “el hábito no hace al monje”, ni cuando andaba con mis harapos, ni ahora que tengo que vestir terno casi todos los días, la ropa no me sigue importando, grábate esto: la ropa se lleva de acuerdo a las circunstancias que uno va pasando en la vida.
“ Señor, señor, por favor, déjenos que lo ayudemos, lo vamos a llevar al hospital, allí le darán medicinas para calmar su mente”
Él, antes de subir a la ambulancia e ir al nosocomio, pidió unos minutos para verse, vio sus medias con huecos, su pantalón viejo y sucio, descalzo, caminaba desgarbado, con la barba crecida, arrugas en su frente - a pesar de su mediana edad - para quien lo viera le resultaría irreconocible, veía sus brazos, sus piernas, ya ni se acordaba de cuándo fue la última vez que se había bañado. De pronto tuvo una leve sonrisa, en un minuto por su mente pasaron tantos recuerdos, días enteros de juegos, amigos, los primeros besos, sopló un aire caliente como si en ese suspiro se perdieran para siempre aquellos recuerdos, a modo de resignación, miró a los médicos y les preguntó: “allá donde me llevan, habrá ropa de acuerdo a las circunstancias”.